Vodevil en el teatro de Lucía
La Estación de la Viuda cuenta la historia de Madame Champbaudet “la viuda” quien se ha enamorado de Paul Tacarel, un joven arquitecto que la visita frecuentemente con el fin de diseñar un mausoleo funerario en memoria de su difunto esposo. Pero este joven arquitecto solo la visita por los placeres secretos que comparte con la vecina de la viuda: Aglae Garambois, una joven mujer casada. Cada vez que su marido se ausenta, el arquitecto toca un silbato para averiguar si la vía está libre y Aglae le responde tocando el piano. Sonidos que bastan para incomodar y confundir a todo el edificio, creando una sucesión de situaciones absurdas y descomunales malentendidos, hasta que un día el marido aparece averiguando y atando cabos sueltos. La puesta en escena, protagonizada por la primera actriz Lucía Irurita, se presenta de jueves a lunes a las 8:00 p.m y los domingos a las 7:00 pm. Las entradas están a la venta en Teleticket.
Conversamos con Claudio Calmet quien interpreta a Paul Tacarel, el arquitecto que visita a Madame Champbaudet.
¿Qué es un Vodevil?
Es una comedia de situaciones de la época, del siglo XIX, también es una crítica a la sociedad en su momento. Imagino que en este caso si generó bastante controversia la obra en su momento. Estamos hablando de un hombre que quiere levantarse a una mujer casada . El vodevil tiene la característica de tener música, pequeños musicales, el Vodevil nace en Francia en el siglo XIX pero alcanza su auge en Estados Unidos como a principios del siglo XX.
¿Es la primera vez que haces un Vodevil?
Sí, además en el Perú tengo entendido que se han hecho pocos vodeviles, la referencia que tengo es una obra que hizo Plan 9, Un sombrero de paja de Italia, que fue del mismo autor, Eugène Labiche.
En el vodevil siempre estás coqueteando con la farsa y como que siempre estás en ese umbral, y es muy fácil pasarse. Por eso la mano de Norma Berrade, los personajes están pintados pero no llegan a ser fantoches ni farsescos. Pasa a veces que Normita no está o deja de venir, que al actor le puede ganar un poco y empezar a hacerlo un poquito para afuera.
¿Se rompe la cuarta pared, verdad?
Sí, pero no sé si es un código del vodevil, o es característicos de las obras de Labiche o del vodevil.
Yo creo que es una característica del vodevil mismo porque si bien es cierto la ruptura de la cuarta pared es el pensamiento en voz alta del personaje. En este caso también es para generar una empatía con el público y eso es muy rico también. Cuando rompes la cuarta pared el personaje se muestra tal y como es en realidad.
¿Qué opinas de tu personaje?
Tiene cierto encanto, un tipo que no da puntada sin hilo, muy truculento, pasa por encima de todos y no le importa nada con tal de conseguir lo que él quiere pero no quita que genera empatía con el público. Esta empatía se genera por la ruptura de la cuarta pared.
¿Tu personaje al romper la cuarta pared es como si le pidiera permiso al público?
Algo así , el personaje genera un vínculo, la conexión genera que el público te acepte y que la obra termine como termina. Pero es un vodevil, el público se ríe de las situaciones que pasan, aquí no hay triunfo del bien o del mal. Es una crítica del autor en su época, hay muchas caretas, como la plantea esta sociedad en medio de alcurnia, hay mucha hipocresía, la sociedad que está preocupada por todo lo externo. Es una crítica a los modos sociales de la época, que te impongo a alguien para casarte y no hay marcha atrás. En el fondo la sociedad no ha cambiado, sigue siendo igual: llena de caretas y aparentando algo que no es. Es una obra del siglo XIX y el público lo entiende porque está vigente, sigue siendo contemporánea.
¿Qué tal la experiencia de trabajar con Lucía Irurita?
Es maravillosa de verdad. Cuando Lucía me dijo para estar, hacer la obra, no sabía que se trataba de esta obra. Yo me entero de eso cuando empezamos ensayos, ella dijo que se iba a retirar con un drama y con una comedia. El drama lo hizo con “Teresa Raquin”, y la comedia con “La Estación de la Viuda”.
En mi caso, yo estaba haciendo en este teatro la reposición de “La Eternidad en sus ojos”, y el último día, saliendo de función, Lucía me propone está en la obra y sabiendo que era su despedida para mi fue muy especial. Ella es una institución en el teatro nacional, más de 50 años de vida artística, con tanta historia y trayectoria, se le ve el peso escénico que tiene. Yo disfruto mucho compartiendo escenario con ella, y viéndola en escena. Un privilegio inmenso.
El elenco se está divirtiendo mucho y el público nota eso, bajo la dirección de Norma Berrade, quien es una directora muy minuciosa y de corazón muy grande. Está Mirna Bracamonte, que es también primera actriz, también me acompañan Nicolás Fantinato, José Antonio Buendía, Kike Casterot, Adriana Cuba, Valquiria Huerta y César Padrón.